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Ayuno y Alimento

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Física

Yo Equilibro

SHï: Yo Soy la Evolución del Ser

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YO: Entonces, los átomos son la unidad básica de la materia que es capaz de ahorrar energía. Como dijiste, las partículas tienen una carga energética que se perdería si no se une para compartir esta carga con otros, creando así una estructura que da lugar a la formación de átomos, los cuales en su constante necesidad de encontrar estabilidad y ahorro, se unen entre sí formando moléculas. Las moléculas, a su vez, forman elementos químicos, y éstos los minerales y organismos que conocemos en la materia orgánica e inorgánica. La vida. Y la vida continúa con este ciclo de ahorro, tratando de asimilar la mayor cantidad de energía para asegurarse estabilidad a largo plazo. O sea que la vida existe gracias a la búsqueda de la estabilidad atómica. ¿No es irónico que la diversidad de la vida es gracias a la evolución, que implica cambiar y perder energía en el proceso de transformación y adaptación a medios diversos, cuando la vida misma no busca transformarse sino estabilizarse y permanecer el mayor tiempo posible de la misma manera?


SOY: Es una de esas paradojas del Universo. Sí. La clave de la Vida es la permanencia, y para permanecer hay que cambiar. La paradoja consiste en que la vida busca por todas las vías durar la mayor cantidad de tiempo, sobrevivir. Es decir: vivir por sobre las posibilidades. Pero en un ambiente cambiante, donde los átomos pierden energía y se modifican, creando nuevos elementos químicos, generando terremotos, cambios climáticos, radiación, y tantas otras cosas; si la vida no se adapta, si no se transforma en sintonía a ese nuevo ambiente, perecerá. Por ello, si desea permanecer, debe cambiar. El factor de Permanencia está relacionado al Tiempo, y el factor del Cambio está relacionado al Espacio. Un ser vivo atraviesa ambos factores. Para sobrevivir en el Tiempo, un ser vivo necesita modificar su Espacio, esto es “alimentarse”.


YO: Comer es la clave de la vida celular… Llevarle todos los nutrientes, minerales, elementos químicos que las células necesitan para seguir funcionando.


SOY: A diferencia de los elementos inorgánicos, los compuestos orgánicos son flexibles y mutables. Podríamos decir que son débiles. Sus composiciones químicas son endebles, sutiles, volátiles; a diferencia del silicio, del hierro, y tantos otros. La interacción de los elementos químicos genera adaptabilidad. Así, los seres orgánicos necesitan regenerar constantemente estos elementos, pues en su modificación constante suelen perder gran cantidad de éstos mediante la segregación: sudor, excreción, actividad. Por ello, para encontrar estabilidad en las células y que las mismas puedan mantener su funcionamiento de división y expansión, los seres vivos necesitan obtener estos elementos en organismos externos. Allí, para asegurarse la permanencia en el tiempo, deben segregar objetos en el exterior, mediante la caza, la siembra, cosecha, recolección, cocinar, comer, beber, y todos los reinos de una u otra manera hacen esto. Las plantas cosechan nutrientes de la tierra abriéndose camino rompiendo los estratos terrestres, convirtiendo el dióxido de carbono y la luz en almidón y oxígeno, en reservas de energía. Los animales, comiendo, depredando, cazando, pastando, realizan lo mismo. Y desde luego, los humanos. Producir u obtener comida es clave de la estabilidad energética en un cuerpo orgánico que constantemente se está transformando.


YO: Esto genera un círculo de dependencia… ¿No?


SOY: Sí. La energía es emoción, y por lo tanto, todo lo que nos entregue energía estará relacionado a una emoción. Así es como el humano proyecta emoción sobre los alimentos. Alimento viene del latín “alere” que significa “hacer crecer”. Es decir que la palabra no hace referencia directamente a lo que se come, sino a lo que se logra con lo que se come. De la misma forma, la palabra inglesa “Meal” (comida), proviene de la palabra frisia “mël” que significa “momento”, “ocasión”, lo cual se trasladó al momento más importante en la vida de una familia en que todos se unen: la hora de comer. El concepto temporal de un momento concreto en el tiempo se convirtió, pues, en el nombre para todas las comidas. Otra vez aquí, el concepto de una acción a través de tiempo es lo que da sentido a lo que consumes. La necesidad de seguir vivo genera un vínculo vicioso en la necesidad de consumir (com- y sumere, del latín “con” y “sumar”, es decir “tomarlo todo”).


YO: Tanto a nivel mental como emocional como material…


SOY: Hemos dicho que el Páncreas, generador de la insulina, busca acumular glucosa para nutrir las células a través de la sangre, y los restos se almacenan en forma de grasas, acumulándolas “por si acaso”. El alimento, así, es lo que te hace crecer. Es lo que buscas en el mundo externo para estabilizar tu cuerpo, desarrollarlo, tomar potenciales del entorno; lo que te mantiene en contacto con el mundo exterior a través de la emoción, de los vínculos, la familia, el sentarse a comer a la mesa, el recuerdo de cada plato preferido, de su compra, de la cosecha, de la caza… Todo alimento contiene un peso energético emocional para el alma, y un peso energético calórico para el cuerpo. Esta energía pasa a formar parte de tu patrón, de tu estructura, de tu ser, pasa a ser parte de tu estabilidad celular, de tus elementos fundamentales.


YO: “Soy lo que como”…


SOY: Y nunca lo habías visto tan claro. Todo lo que consumes te entrega una carga energética que estabiliza tu ser, de la misma forma en que un electrón entrega su carga energética a un protón para que éste encuentre su estabilidad, su centro. Todo lo que comes será parte de ti, se volverá tu propio ser…


YO: Por ello debo tener cuidado con lo que como…


SOY: Desde luego que dependerá desde qué nivel de consciencia lo haces. Si aún sigues en la supervivencia, tu cuerpo buscará todo lo que alimente dicha necesidad celular, buscando los registros más ancestrales de la supervivencia en la caza y recolección. En los primeros periodos de la humanidad, no se sabía sobre los ciclos naturales de la siembra y la cosecha, y esto era debido a que los grupos humanos eran solitarios, pequeños, y siempre debían andar de un lado para el otro, nómadas, escapando de enemigos y depredadores. No había tiempo para asentarse, no había seguridad para hacerlo. Para que una familia sobreviviera, necesitaba comer lo que encontrase, recolectando frutos, o cazando. Al cazar un animal, había muchas cosas aseguradas para ahorrar energía: los huesos servían de herramientas, las pieles de abrigo para el invierno, la carne podía alimentar a muchos por varios días, cosa que las pocas frutas conseguidas no lograban, y mucho menos en los largos inviernos o épocas secas. Así, la base de supervivencia se basaba en lo carnívoro y omnívoro: comer carne o comer lo que sea que haya.


YO: Eso sería desde la búsqueda de registros del subconsciente. ¿Y desde el inconsciente?


SOY: La Cultura. Una vez que la sociedad existe, que se armó el poblado, que hay agricultura, que se aprendió a almacenar, se generó el intercambio, y una cierta estabilidad, el alimento deja de ser para sobrevivir y pasa a ser emocional y cultural: compartir. Comer con otros nos acerca a los otros, sentarse a comer une a la familia y los amigos, los banquetes halagan a las cortes y reinos, y no compartir la comida es casi una muestra de desprecio y traición. No compartir es negar, es volver enemigo. Comer del mismo plato implica confianza en el otro, una forma de mostrar hermandad y paz entre los pueblos. Así, comer se vuelve una forma de encontrar sentido de pertenencia, de seguridad, de aceptación, de ser parte de algo o un grupo.


YO: He visto mucha gente en el camino espiritual que se hace vegetariana o vegana no porque lo sientan en su alma o cuerpo, sino porque necesitan ser aceptados como parte del grupo, y comer carne les haría sentirse rechazados, como una traición a los principios del clan o tribu.


SOY: Es una cuestión cultural humana, que lleva tiempo de limpiar, pues es natural y milenaria. De todas formas, no es necesario hacerlo.


YO: ¿Cómo?


SOY: ¿Para qué quieres limpiar y hacerte vegetariano?


YO: Mmmmm bueno, puede haber muchas razones, me refiero a que es importante tomar consciencia de lo que uno hace al medio ambiente y lo que uno se hace a sí mismo al comer cosas que nos hacen daño.


SOY: Sí, pero eso es una creencia. No puedes formar a otros a cambiar su forma de alimentarse, pues impides su crecimiento. El gran error de la humanidad es el exceso, no lo que se come. Comer una manzana de un árbol o sembrar 1000 árboles para cosechar millones de manzanas para luego comer una, ese es el absurdo de la humanidad. Tratar a los animales como productos y criar millones de vacas para comer una y tirar lo que sobra porque “fue demasiado”, eso es el absurdo de la humanidad.


YO: Lo que dices es que todos podrían comer lo que quisieran si se respetasen los ciclos, las cantidades y la verdadera necesidad.


SOY: Pues todos necesitan algo diferente que consumir, pues cada individuo es diferente, y la comida es principalmente energía emocional. Ya sabes lo que significa “prohibir” en la humanidad.


YO: Sí… Empezar el mercado negro, hecha la ley hecha la trampa.


SOY: Prohibís lo que no os gusta, y aún no entendieron que no funciona así. La clave es la Educación, la toma de consciencia.


YO: Y allí tenemos el tercer nivel…


SOY: Alimentarse conscientemente no implica mirar afuera y querer cambiar el mundo, sino observar qué es lo que yo como, en qué es lo que yo me convierto, qué me hace daño y no dejo por necesidad. La Consciencia nos permite ver que nos convertimos en lo que consumimos, y si quiero ser diferente, debo consumir cosas diferentes. La Alimentación es la clave de toda energía de mi ser orgánico, por lo tanto, para verdaderamente transformar mis creencias con sus pensamientos y mis emociones con sus vínculos, debo transformar mi cuerpo con su alimentación. Cuando me educo a mí mismo, empieza la limpieza real de mi ser, y en el ejemplo podré educar a los otros.


YO: ¿Y cómo empiezo esa limpieza?


SOY: Se llama Ayuno. Esta palabra latina surge de “ieiunum” que es otro concepto de vacío, que “no hay nada”. Así, “Desayuno” implica dejar de lado el vacío y llenar ese espacio. En inglés “Fast” (ayuno), proviene del indoeuropeo “duro, fijo, firme”. Por lo tanto “Breakfast” (desayuno), se refiere a romper con la rigidez. En ambos idiomas podemos interpretar que se habla de algo que está estático, quieto, donde no pasa nada, y que esa nada se rompe, se modifica cuando llega algo nuevo a cambiarlo. En términos alimenticios, el Ayuno es el equivalente orgánico a la meditación para la mente. Llegar a ese vacío no desde la escasez sino desde la voluntad de descubrir el potencial interior, despierta un nuevo mecanismo en el cuerpo, el cual busca nuevas maneras de suplir esa energía. La obtiene de las reservas grasas, la obtiene de la respiración, de la luz solar, de la información del agua. Pero de igual manera que con la mente, de nada sirve meditar sin haber nunca antes hecho meditaciones activas. Para la Mente, encontrar el instante de vacío pleno implica una adaptación a dejar de pensar, y esto se logra con meditación activa, como dibujando fijamente patrones sin expectativas de crear una obra de arte, o caminar sin un destino, o bailar una música sin letra, o realizar acciones mecánicas y repetitivas. Esto prepara al cuerpo para lo que significa dejar la mente en blanco. De igual manera, el Ayuno necesita un ejercicio de ir consumiendo cada vez menos alimentos, de a poco, con tiempo, dejando lo más importante hasta lo último, hasta el punto en que empiezas a repetir una rutina de comer siempre lo mismo. Hasta que un día, sólo necesitas agua. Así, se empieza dejando el desayuno primero. Más adelante el almuerzo, y más tarde en el tiempo la cena (temprana, no tarde). Pero igual que la meditación, el ayuno no es para toda la vida, sino para momentos de meditación física. Así las células descansan en su constante mitosis. Piensa que tu cuerpo es como un país que nunca duerme con trillones de trabajadores que no se detienen nunca. Siempre generando y consumiendo sin parar. El ayuno es como unas enormes vacaciones para todos los habitantes de tu físico, pero sin embargo, un día deberán volver a sus quehaceres.


YO: Entiendo, es intermitente… Para que el cuerpo se relaje. Tal vez unos días al mes estaría bien.


SOY: Cada uno sabrá cuánto, qué y cómo lo necesita. Lo importante es que lo haga alguna vez, pues es el momento en que la mente del cuerpo puede dejar de trabajar para pensar, sentirse, mirar al cielo, contemplar la vida, relajarse. La desintoxicación de los alimentos es la desintoxicación de información, es encontrar silencio y paz interior, habilidades dormidas de producir la propia energía. Pero sobre todo, la una sin negar a la otra, se comprenden como partes inevitables de la vida. Pues un cuerpo que consume sin parar, replica tantas veces sus células que se agotarán más rápido, y morirá pronto. En cambio, un ser que da vacaciones a sus células, que les deja descansar, tiene más probabilidades de vivir por más años. Necesitas comer para innovar, necesitas nutrirte para crecer, pero necesitas ayuno para comprender, necesitas vacío para sentir y ser.


YO: La vida, pues, encuentra estabilidad en el ahorro de la energía que obtiene de lo que come, pero debe gastar esa energía para descubrir lo que puede hacer con ella. Alimentación y Ayuno.


SOY: Eres lo que comes…

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EN BREVE

CÓDIGO

MENTALISMO: La primer ley del universo es también la única, pues todas las demás son proyecciones de ésta. Todo en el universo es un pulso de la mente, la cual se divide en la trinidad del subconsciente, inconsciente y consciente. Todos formamos parte del pensamiento de una red sináptica del sueño creador, y por ello mediante nuestra mente podemos acceder a ese sueño y convertirnos en Él.
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