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Vida y Muerte

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SHu: Yo Soy los Caminos de la Evolución

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SOY: Además de los ropajes que cubren tus sentidos reprimiendo lo que eres, limitando tu potencial, hay otra forma de despojarse que debes tener en cuenta.


YO: ¿Cuál?


SOY: El ropaje de la vida. Tu personalidad. Cada vida te entrega una nueva vestimenta, una nueva armadura, herramienta, con la que enfrentarás los ambientes más hostiles y amables. Pero cuando hayas utilizado estos ropajes, debes dejarlos, debes liberarte de los mismos. La muerte así se convierte en la liberación de tus harapos de personalidad para darte la oportunidad de empezar un nuevo camino.


YO: ¿Qué es la Vida y qué es la Muerte?


SOY: “Vida” surge de dos conceptos indoeuropeos adoptados por el griego y modificados por el latín: “gwei” y “zwon”, que dan origen a “bios” y “zoon”, que significan “vivo” y “animal”. Al inglés (Life), el indoeuropeo le dio una palabra más coherente: “leip”, que significa “perseverancia, continuar, permanecer”. Así, ambos conceptos se referirían a la capacidad de perseverancia de aquello que se mueve. “Muerte”, en cierta forma significa permanecer, morar en un lugar concreto, estacionario; del latín “mors – mori”. Algo que ya no se mueve y por ende se queda quieto. En inglés, (Death), proviene del indoeuropeo “dheu”, un concepto de finalizar, de terminar. Desde el punto de vista Universal, vida y muerte describen un Patrón, un camino dentro de la Matriz cósmica.


YO: ¿Cómo sería eso?


SOY: Cuando el Universo Mental decidió expresarse, lo hizo expandiendo lo que estaba dentro de sí, en el concepto de interior, de núcleo, hacia afuera en lo externo, en la periferia, expandiéndose. Adentro y Afuera se volvieron dos conceptos fundamentales para todo lo que vendría después: ley de Correspondencia, de Vibración, de Ritmo, Causa-Efecto, Polaridad y Generación, todas surgirían del concepto mental: Sueño y Soñador. Toda esta dualidad conceptual, empezó a extenderse mediante el pulso y el impulso, la acción y su reacción, generando sinapsis en la mente cósmica, creando ideas, pensamientos que se expandieron como una Red de Consciencia sobre sí misma. Pero esta red fue sólo basada en estos dos pulsos. Llámale al primero punto A y al segundo punto B. Entre uno y otro hay un trayecto. Si A es la expresión y B es lo que busca asimilar y entender de sí mismo, entonces la línea, el trayecto que les conecta será la Experiencia. Así, al integrar en el punto B, el mismo se convierte en la potencia para un nuevo camino de aprendizaje, Trascendiendo el anterior volviéndose a expresar. Cada recorrido entre el punto A y el punto B, se conoce como Patrón, palabra que viene del latín y significa “Protector”, es decir, aquello que limita y protege, delimita un espacio, tiempo o concepto concreto.  Los puntos correspondientes entre sí se llaman Negativo y Positivo, Pulso e Impulso, Acción y Reacción, Causa y Efecto, Tiempo y Espacio, Origen y Final, Nacer y Morir. Por lo tanto, una vida es un patrón, una vida es un concepto limitado de movimiento de energía en la cual el universo experimenta un aspecto nuevo de sí mismo. Muchos patrones juntos y sucesivos, configuran la Matriz, es decir, un útero de creación; del latín “matrix” (útero, madre). Así, cada patrón es una vida, y la matriz es la historia del alma, donde convergen cientos de vidas, y todas juntas conforman la sabiduría del ser.


YO: O sea que vida y muerte son un solo vector entre “X” e “Y”, pero que en realidad es un continuo. Como en su etimología, una constante, permanencia, en movimiento. La muerte realmente no existe entonces, desde el punto de vista universal.


SOY: Exactamente. Cada muerte es un nuevo nacimiento, y por ello, tampoco existe la vida, pues si cada inicio de la vida es una muerte, todos los vectores convergen en la misma idea: nacer; y nacer da origen a la palabra Nada. En el Universo sólo existe la manifestación a partir de un nacimiento y expresión constante. Por ello, los maestros desde su sabiduría te recuerdan: “¿Estás listo para morir?”.


YO: Esas fueron las palabra de Merlín el día que debía atravesar la parte más difícil del Kora, el camino alrededor del Kailash. Cuando me dispuse a ir a la montaña, lo hice sabiendo que sería un punto de inflexión en mi vida, pues me lo habían dicho. Ese monte, para mi vida, representa la muerte, el sitio de transformación. Mis guías me dijeron que debía hacerlo para empezar un nuevo camino en mi vida, y así lo hice. Jamás habría pensado que allí me encontraría al Druida, quien me acompañó casi como un psicólogo, haciéndome preguntas lapidarias. Me enfrentó a la muerte de todos mis seres queridos, y a cómo reaccionaría ante ellas. Me di cuenta que en muchos casos, tenemos más miedo a la pérdida de los otros que al fin de nuestra propia vida, pues estamos tan ligados a los demás, que hemos proyectado nuestras propias vidas en los vínculos con los otros. Y si mueren, es como si muriese una parte de mí. Mi abuela estaba pasando un duro proceso de cáncer, y en la montaña tuve que morir en mí por ella, para ayudarla a trascender. Merlín me hizo escribirle una carta, diciéndole que la liberaba, y que estaba dispuesto a morir por ella, para que en mis acciones ella pudiera sentirse libre. La mañana del cruce por el Paso de Dolma-La, la parte más alta y difícil del camino, al despertar, vi el rostro de Merlín frente a mí diciendo con su viejo acepto británico “Are you ready to die?” (¿Estás listo para morir?). Su pregunta me puso nervioso, pero también recordé que ya había muerto muchas veces, sólo que sentía que ahora podía controlarlo, podía decidirlo yo, y no un agente externo. Me levanté y le dije que sí. Al llegar allí, la falta de oxígeno y el frío me hicieron sentir realmente que estaba muriendo, pero en mi mente pude verme en la Red, pude ver a todos los maestros, a todas las divinidades, a mis ancestros, a mí mismo en cada vida, todos como en una enorme red de personas sentadas en la forma de un tetraedro, fractálicamente expandido en todas direcciones. Nunca me había sentido tan pleno. “Su voz repetía: todos ellos son tú, y tú eres ellos…”.


SOY: Son las vestimentas que utilizas en cada dimensión, en cada mundo… Las cuales sólo habitarás cuando, despojándote de todas ellas, puedas convertirte en la totalidad desde el vacío. Desde la nada. Nacer.


YO: La muerte es algo que nos asusta a todos, por naturaleza, y aún así, es la sensación más maravillosa y orgásmica que uno pueda sentir, es como temer al placer, temer a ser libre.


SOY: El cuerpo fue diseñado para experimentar e integrar, no para trascender. La trascendencia es tarea del espíritu y el alma, de soltar al cuerpo, de liberarlo de su experiencia, de hacerle expandir todo lo que asimiló y acumuló durante tanto tiempo. Trascender es educar a la materia a realizar exactamente lo opuesto para lo que fue diseñada: soltar y dejar ir. Es el cuerpo el que teme a la muerte, pues es el fin de su propósito, aunque cuando el espíritu se hace presente, entiende que es a su vez el inicio de uno nuevo. ¿Aún temes a la muerte?


YO: Ya no temo a la muerte, pero me incomoda pensar en que le pase a otros a mi alrededor, sobre todo a mi madre. Estos días ha estado complicada de salud, y aunque siento una enorme estabilidad, cuando el maestro en la pirámide me preguntó: “¿Qué estás dispuesto de dar si has de experimentar la muerte?”, y respondí: “Lo que sea de mí, pero no mi madre”. Me di cuenta en ese instante que aunque estoy más que nunca en mi centro, la idea de perderla sigue despertando mi parte más humana. Entonces “debes dejar de lado al humano que muestras”, me dijo. Al volver, me habían hackeado la cuenta de Instagram desde Turquía, la cabeza de la serpiente kundalini de la Tierra. Básicamente, mi Instagram era mi cara al mundo por la que comunicaba a unas 180,000 personas todos los días. Y eso se perdió. Pero, ¿sabes? Extrañamente, no me afectó. Entendí lo que había pasado. Esa mañana, en la pirámide, había decidido morir yo, dejarme morir ante todos, desaparecer. Volver a Nacer. Nada. Cero.


SOY: Las muertes ocurren aún estando vivos, pues son pequeñas grandes transformaciones las cuales, si te haces responsable de ellas, entiendes su trascendencia. Hay muchas muertes, mentales, conceptuales, físicas, biológicas, emocionales, energéticas, y todas nos enfrentan a descubrir una parte nueva en nosotros. Morir es el regalo del Universo para permitirte crear una nueva realidad. La Vida y la Muerte no son enemigas entre sí. Son un continuo, son la experiencia y la integración de cada proceso mental, emocional y físico, un ciclo eterno de energía que da sentido a cada patrón a lo largo de toda la matriz.


YO: “No temas ni niegues la destrucción, pues la muerte y el caos son la oportunidad que tiene el universo de generar orden y una nueva vida.” Fueron las palabras del espíritu de Shiva en la montaña. La muerte es la gran transformación que todos esperamos pero que por temor a vivirla en vida, nos relegamos a experimentarla mediante nuestra muerte.


SOY: ¿Estás listo para morir?


YO: Sí, lo estoy. Pues yo soy vida y muerte en constante movimiento, siempre listo para volver a nacer.

TAREA

EN BREVE

CÓDIGO

RITMO: la cuarta ley universal es la relacionada al tiempo, al pulso del latido del corazón cósmico. Todo se sincroniza en ciclos que se repiten en distintas sintonías. Así, cada cosa tiene un ritmo de experiencia, un tiempo para cumplir un proceso que es inevitable, como un reloj, como el girar de la tierra, como la vida misma hacia la muerte, como la historia, que vive sus consecuencias.
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