YO: Hablando de la importancia de ir hacia adentro, cuando me sumerjo en mí, encuentro sólo una gran emoción que abarca todo mi ser interior, tal vez la que más define mi mundo interno, envolviendo mi esencia, y es la Angustia. Definir lo que se siente es extraño, pues proviene de muchas emociones, que no puedo relacionar entre sí. A veces invade todo mi ser haciéndome caer en una depresión aplastante que puede durar un día o una semana.

SOY: ¿Qué sientes durante ese tiempo?

YO: Como si me faltara el aire, no puedo mover mi cuerpo, y todo pierde sentido, se nubla, nada es claro. Es como mirar afuera sin ver lo que hay allí, con la mirada perdida. Se pierde el deseo en todos los sentidos, la sensación es como sumergirse en un dolor sin lógica, sin razón. A veces trato de entender el origen, y sin embargo, no lo hay. ¿Qué es la Angustia?

SOY: En primer lugar, Angustia viene de la palabra indoeuropea “angh”, que significa “apretado”. Etimológicamente, describe el hecho de que más de una cosa es atada y apretada contra las demás, pasando a ser controlada, estrecha. Imagina pues, la tristeza, la melancolía, la ira, la rabia, el amor, la euforia, el placer, la alegría, todas ellas, que se mueven por tu cuerpo, siendo atrapadas, atadas por un lazo, y apretadas una contra la otra. Ninguna puede moverse, sólo permanecen quietas, estáticas. Si la energía no se mueve, todo lo que antes te movilizaba termina en silencio, generando una sensación de vacío existencial, pues la existencia es movimiento. Así, la angustia rodea la esencia, pues es la última emoción negativa que encuentras al borde de la neutralidad.

YO: O sea que la angustia, a diferencia de la melancolía y la tristeza, no tiene una razón de ser, no tiene un objeto de referencia, sino que es la sensación que se produce cuando todas las demás se unen al límite de la existencia para volver al centro… Esto explica por qué las personas vivimos un sinsentido angustiante que no podemos relacionar con nada cuando nos acercamos a la verdad de nuestro ser. Es como si nada tuviese sentido, ni el amor, ni la lucha, ni el propósito, ni el compartir, nada. Todo pasa a ser irrelevante, y en un segundo puedes sentir todas las emociones de tu vida, sin dejar ni una afuera, pero todas tienen ese mismo color, ese mismo aroma, la angustia.

SOY: ¿Conoces el síndrome del astronauta?

YO: ¿Cuál?

SOY: El Solipsismo. Viene del latín “solus” (estar solo) e “ipse” (uno mismo). El síndrome habla de una persona que se distancia tanto de la realidad en la que vive que tiene a creer que nada más existe que uno mismo. Que todo es un sueño, que todo lo que ve sólo existe en la mente. Los astronautas, cosmonautas, son los que más presentan esta patología psicológica, pues al ver la Tierra desde fuera, poder sentir el espacio vacío a su alrededor, y vivir la experiencia de que todas las cosas que conoce están sólo en una pequeña esfera, lleva a que la persona considere que tal vez nada existe, que todo es un sueño, pues donde habita no existe tiempo ni espacio. Esto envuelve a la persona en una depresión angustiante de soledad inmanejable, que le aleja de los otros individuos, de la vida normal de la Tierra, volviéndolos solitarios, ermitaños, negando todo contacto con la realidad.

YO: Me suena a lo que hemos hablado de ir hacia adentro, a la mente, que es una sola…

SOY: Exactamente. El solipsismo es vivenciado por aquellos que se van muy lejos, al espacio, o por aquellos que se van muy cerca, dentro del alma. “Como es arriba es abajo”. La ley de Correspondencia nos recordará que ir hacia la Luna o Marte nos trae las mismas sensaciones que ir hacia nuestro Corazón. Pues en ambas direcciones nos acercamos hacia la totalidad, donde el tiempo y el espacio pierden sentido. Y por lo tanto, todo lo que les habita también le perderá.

YO: Deja de haber lógica, pues entras en la ilógica. Deja de existir punto de referencia, sólo existo Yo y mi percepción de las cosas. 

SOY: La Angustia es la última emoción que se siente desde el mundo humano al rozar el gran agujero negro de la esencia, del Yo Soy.

YO: Pero cuando decimos que algo nos produce angustia, como ver el hambre en el mundo, o una guerra, o algo que produce asco, la gente usa angustia para referirse a un estado indefinido de malestar, incomodidad, tristeza.

SOY: Eso es otra cosa. No es Angustia. La angustia es como la fina capa que separa el caos espiralado del huracán con la quietud apacible del ojo de la tormenta. La angustia no tiene dirección, no tiene propósito, no tiene lógica; no posee objeto sobre el cual proyectarse. Una guerra no produce angustia, la angustia sólo la pueden vivir los que han sobrevivido a la guerra, quienes sin ya pensar en la guerra, no pueden mirar al futuro ni al pasado, no pueden percibir una emoción concreta, pues han perdido todas. Quien mira una guerra o algo asqueroso, sólo siente aversión, tristeza, rabia, incomodidad, pero no angustia. La angustia no posee un foco de atención.

YO: ¿Y cómo definiría la angustia que me produce recordar el pasado?

SOY: Melancolía. Del griego “Melas” (negro) y “Kholis” (bilis), representa esa emoción visceral que te hace verlo todo negro, que te impide ver delante, y sólo puedes sentir dentro. La melancolía está relacionada a las emociones ligadas a los ancestral y visceral, a los vínculos que aún pesan porque no te has podido deshacer de ellos, por ello vuelven en forma de vómito, algo improcesado, intrascendido.

YO: 2010 fue la primera vez en que vine a Egipto, necesitaba estar aquí, lo quería con todas mis fuerzas. Mis guías me advirtieron no venir, decían que no estaba preparado para enfrentarme a la realidad actual. Pero no seguí sus consejos y vine. Lloré todos los días, y fue uno de los peores viajes de mi vida. Tuve fiebre, diarrea, vómitos. Cada sitio al que iba despertaba dolor en mí, memorias. Pensé que el pasado me daba angustia, pero ahora entiendo que no, que era melancolía, tristeza. Durante años, por mis memorias, sentí estas emociones en mí, esa idea de “todo tiempo pasado fue mejor”. Me doy cuenta que no lograba digerir mi realidad actual, no lograba procesar en mi estómago lo que hoy veían mis ojos, pues lo que viví ya no existía. La melancolía me enfermó, desde muy pequeño, llevándome a constantes depresiones emocionales. Cada persona que recordaba, país que sentía, todos tenían algo que yo aún no había terminado de digerir. “Bilis Negra”. Pero cada tanto, cuando me conectaba con el Universo, con la memoria interdimensional, la emoción era diferente, no había nada, no había sensaciones, no había por quién llorar. Trataba de buscar en otras dimensiones lo mismo que podía sentir aquí: añorar a alguien, amar a alguien que había tenido que dejar, sentir rabia por algún enemigo de otra dimensión, o apego a alguna entidad… Y sin embargo, cuanto más me acercaba a la memoria del cosmos, menos emociones sentía, menos seres existían allí para ser añorados. No había apego, no había emoción. Y la sensación dejaba de ser melancólica, pues no había nada que procesar, rostros, besos, caricias, risas, nada, sólo sentía pulsos, y todos me llevaban a mí. Entonces la sentí por primera vez…

SOY: …La Angustia…

YO: …la Angustia… Allí estaba, en el instante en que recordé que yo era Todo, que Todo era Yo… “Yo Soy el que Soy”, dijo, me dije, resonó en la Mente Universal, y me sentí muy solo.

SOY: …Solipsismo…

YO: Sin sentir ninguna emoción, pude percibir que no existía nada más que yo y mis pensamientos, pude sentir en ese momento el gran oxímoron universal: el vacío pleno, donde todos son uno y uno es millones. Y allí sentí la mayor angustia de todas, saber que yo era todos, que no existía nada más. De repente, hasta sentí temor, pero se desvaneció de inmediato en la fuerza centrífuga de la angustia. Nada tenía sentido, pues mi mente se lo había dado.

SOY: El Universo es una polaridad que no surge de dos aspectos, sino de uno mismo. Como bien has dicho, el Universo es un oxímoron, nacido de los vocablos griegos “Oxys” (punzante) y “Moron” (romo), por lo tanto, un concepto absurdo que en sí mismo contiene dualidades: “silencio ensordecedor, instante eterno…”, lo cual te recuerda la sensación de Uróboros, algo sin propósito, sin fin, en que su misma dualidad es mera perspectiva desde la unidad. Si las emociones son pulsos de energía positiva y negativa que se mueven penduleantes en el cosmos polarizado, entonces la forma de llegar al centro y unidad de las cosas, es sólo mediante una emoción sin propósito. ¿Cuál es el oxímoron universal por excelencia?

YO: …”Un amor angustiante”…

SOY: Cuando el Universo se expande sólo puede sentir amor, pues el amor es la emoción que lo conecta todo, que manifiesta la creación hacia lo externo, lo positivo. Pero cuando la creación separada busca volver al centro, unificando las cosas, recorre el camino inverso, hacia la integración de lo expandido, buscando el interior en forma de negativo. Así, utiliza la angustia depresiva para encontrar el centro.

YO: O sea que la angustia que se siente en el camino espiritual es una forma de saber que estamos unificando todas las cosas para encontrar el centro del cosmos… No?

SOY: Y en ese instante, ves el ojo del huracán, la paz, la plenitud, la armonía, el Amor. La culminación de la angustia es ese instante en que reconoces: “Si nada tiene sentido, pues el sentido se lo he dado yo, entonces la única solución es que yo mismo vuelva a darle un nuevo sentido”.

YO: …Y me vuelvo el Creador.

SOY: Como en las ondas de vibración, para que una onda avance y se expanda, necesita de momentos de baja y de alta frecuencia, en los que las ondas se contraen o distraen, creando curvas, valles y colinas que llamas posiciones cóncavas y convexas. La posición cóncava de una onda (colina hacia arriba), implica un punto positivo de expansión, mientras que la posición convexa (valle hacia abajo) implica una depresión en negativo. El movimiento de la luz a gran velocidad se debe justamente a esta posición. Si quieres impulsar la luz por un cable recto, necesitarás una gran fuerza de impulso inicial para que llegue al otro extremo, de lo contrario irá perdiendo envión, deteniéndose a medio camino. Pero en un cable espiralado, la luz, sus partículas, retomarán envión en cada nueva bajada impulsándose a la siguiente, incrementando su fuerza en lugar de perderla. Ahora piensa, pues, que la depresión tiene una lógica aplastante: ayudar a la expansión de la luz.

YO: ¡Claro! O sea que todo proceso de crisis interna, de noche oscura del alma, de angustia, no es más que la curva convexa del Universo impulsándose a crear. Por ello muchos artistas son depresivos, pues de esa manera consiguen encontrar más riqueza en el mundo interior.

SOY: En un mundo de productividad externa, de fábricas, de campo, de trabajo duro; la depresión, angustia y tristeza son vistas como debilidades, una pérdida de fuerza inútil para la labor. Esto les ha catalogado como patologías mentales, y ha hecho que todos intenten evitarlas negarles. Aparece el miedo a estas emociones, y esto va desgastando a la persona. Quien no se atreve a vivir su mundo interior en la depresión, no puede encontrar su verdad. El temor a caer en esa inutilidad, ha convertido a este proceso en algo duradero y sin sentido, una trampa para la mente… Pero si sabes para qué existe, entonces se vuelve útil.

YO: Pues la Angustia es la otra cara del Amor. Dos emociones que componen la fuerza única de la Creación. El Vacío Pleno.

SOY: La próxima vez que veas la Angustia envolverte, no escapes de ella, simplemente recuerda que es esa extraña sensación que se produce en tus órganos cuando se acerca la bajada en una montaña rusa, pero sabes bien que tras la bajada, no hay más que subir, que al final del túnel, siempre está la luz, pues sin la oscuridad que te rodea, jamás podrías identificarla brillar.

YO: Cuando sienta la angustia del sinsentido, me sumergiré en ella, con el deseo de encontrarme, con el deseo de despertar. Es difícil sumergirse, lo sé, como saltar a un lago de agua fría, pero en su punzante frialdad, es donde encuentro la activación de mi expansivo calor interior, el pulso que se activa, la energía que se exalta. La Angustia pues, deja de ser mi prisión para convertirse en mi catapulta hacia el Amor.

SOY: El cielo estrellado que ves sobre ti se lo debes a la oscura noche, de la misma forma que el brillo de tu alma es visible por la oscuridad que vive en ti.

YO: Yo Soy el Vacío en Plenitud.