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Ñu: Yo Soy la Expansión del Tiempo

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YO: Durante la alineación de ayer, habló un maestro Serpiente. Su presencia ya me es familiar, y cada día siento más cómo se dispone a colaborar con nuestra red. Fue el primer oscuro que se acercó a ayudarnos en nuestros Caminos Iniciáticos por el Nilo, y enseñó a la gente lo que verdaderamente significa el Amor Incondicional. Muchos esperan siempre que vuelva, porque es muy directo en lo que dice, y ayer lo fue, como siempre. Nos recordó que el cerebro reptil es el que sabe sobre supervivencia en este mundo, y que si queremos aprender a vivir en armonía en la Tierra lo primero que debemos sanar e integrar es ese cerebro, basado en el hambre, la seguridad, la supervivencia, la reproducción. La mayoría de las personas que caminamos hacia la luz y el espíritu de la consciencia, solemos alejarnos de estos 4 conceptos, razón por la cual son los principales en aparecer como conflictos. Los maestros de la oscuridad dicen: “miradnos, y escuchad lo que tenemos para explicarles”. A veces siento que en el mundo espiritual quiere empezar la casa por el techo, cuando primero hay que cavar y colocar los cimientos. Todo humano está tan inmerso en las necesidades básicas que hace lo que sea por cubrirlas, sin medir las consecuencias, y en avaricia, busca poder, control, acumulación de bienes. El maestro ayer nos dijo sin rodeos: “culpáis a los reptilianos de controlar sus vidas, pero es momento de reconocer que vosotros sois los reptilianos”. Y eso es una gran verdad, somos los humanos los que actuamos como reptiles, luchando por las necesidades más básicas, como si aún fuésemos animales. Nos dijo que si queremos transformarnos debemos cambiar nuestra piel, y ellos saben cómo hacerlo. Es como si le estuviésemos pidiendo consejos a una paloma sobre cómo arrastrarse por la tierra. Eso nos lo puede explicar sólo una serpiente, y somos más parecidos a ellas que a las palomas. Dijo que ellos controlarán nuestros sistemas hasta que dejemos de actuar como niños y empecemos a hacernos responsables sin echar la culpa a nadie externo de nuestras propias penurias.


SOY: No le falta razón… En sus propias palabras: “Sóis gemas preciosas envueltas en vuestra propia mierda”.


YO: Lo sé. Sus palabras son duras pero claras. Y esta verdad es aplastante para la mayoría, porque nos saca de la ilusión, y nos hace poner los pies sobre la tierra, reconociendo que las cosas no se van a corregir pensando bonito, de la misma forma que una casa que se ha caído por una tormenta no se alzará de nuevo a base de plegarias. Esto es una ruptura de los sistemas de creencias y de valores.


SOY: Pero una ruptura que hace crecer. Como cuando descubres cómo se hacen los bebés, o que Papá Noel no existe. Cuando tienes la primera gran discusión con tus padres; cuando te rompen el corazón por primera vez. O ese momento en que te traicionan. Cuando debes mudarte de escuela, de casa, ciudad o país. Cuando sufres un accidente, cuando descubres que lo que te han contado no es verdad; cuando te enfrentas a tu primera epifanía, o tu primer despertar de consciencia… Cuando caes en la depresión más profunda.


YO: …Es como si la mente, el alma y el cuerpo se quebrasen en dos… Se partieran al medio, un antes y un después. Entre la consciencia y la inconsciencia…


SOY: Se llama Crisis.


YO: ¿Cómo defines la crisis?


SOY: Viene del griego “krinein” y significa “dividir, partir, separar”. En la mente, la palabra “krinein” nos ha dado el concepto “criterio”, es decir, la capacidad de discernir, de separar las cosas, de clasificarlas; tener criterio es saber comprender bien las cosas y ubicarlas donde corresponden. En el alma tenemos el concepto de la “crítica”, que habla de identificar las disparidades, lo que no es correcto, lo armónico de lo desequilibrado, y los disemina según los gustos, las percepciones sensoriales y por lo tanto emocionales de cada individuo. En el cuerpo, krinein nos ha dado la palabra “crisis”, es decir, cuando realizamos una acción que separa lo anterior de lo posterior, como un camino que termina y otro que comienza. 


YO: Pero nosotros llamamos crisis de igual modo a lo físico que lo emocional y lo mental… Una crisis emocional, una crisis de creencias, una crisis física…


SOY: Sí, porque Crisis hace referencia al acto de un corte con algo anterior. Así que se relaciona a todo nivel en donde sucede un corte. Toda Crisis es una Oportunidad para recomenzar de 0, iniciar un nuevo camino, pero las crisis no son necesarias.


YO: ¿Y por qué las vivimos entonces?


SOY: Porque por más que la gente pida cambios, nadie quiere cambiar. Para cambiar las cosas es fundamental que todos los sujetos involucrados se transformen, empiecen a modificar su forma de vida, de pensamiento, de relacionarse con ellos mismos, los demás y con el medio, así como sus actividades cotidianas. Por comodidad, nadie quiere realizar una transformación. Las células se aferran a lo que pueden, a lo que tienen y han producido, como una forma de asegurarse la supervivencia. Por ello los excesos de energía son acumulados en forma de lípidos, para no desechar nada. Si sigo acumulando sin transformar mi dieta, tarde o temprano esos lípidos irán al torrente sanguíneo generando colesterol y obstruyendo las venas, provocando un infarto, lo cual llamamos “cambio”. Las crisis son cambios, son giros de 180 grados que nos colocan en el otro extremo, donde lo que lo que considerábamos cómodo y seguro acaba por llevarnos al borde de la muerte.


YO: O sea que las crisis que vivimos son porque no hemos ido tomando responsabilidad día a día de las cosas que podrían hacernos daño, y esperamos a último momento, donde todo lo acumulado simplemente acciona de manera violenta.


SOY: La transformación es un largo camino que implica prestar atención a cada roca que pisas en él, tomando consciencia de a dónde te lleva, y qué rocas son mejores para tener sustento en tu andar. Pero si corres en el camino, acostumbrado a él sin prestar atención a los instantes de transformación que pide la vida para evolucionar. Entonces, un día tropezarás con una de esas rocas y caerás de cara al suelo, pues en la comodidad de lo cotidiano y rutinario no verás que el camino está sin acabar. Allí es donde el camino se parte en dos, el quiebre.


YO: Lo he vivido… Varias veces…


SOY: Cuéntame.


YO: Tal vez mi primera gran crisis fue ese día en la escuela, a mis 12 años, cuando comencé a recordar mi pasado. Allí cambió todo para mí. Mis guías me venían preparando, pero no presté atención a lo que me decían con la seriedad necesaria, y esto cambió mi forma de relacionarme con el mundo exterior. Me volví introvertido, silencioso, vergonzoso. Pero esa crisis me llevó a recordar y saber todo lo que hoy sé. Otra gran crisis fue a mis 20 años en la Universidad, cuando llegó el momento de empezar mi misión y me negué, pero la vida me forzó a dejarla, ya que comencé a canalizar en medio de la clase y perder el control de mí mismo, terminando 2 veces en el hospital Psiquiátrico de Río Cuarto, momento en que entendí que debía volver a casa, y allí comenzó todo cuando me llamaron para asistir a congresos, lo que me hizo conocido por las charlas del Ater Tumti. La siguiente gran crisis que me marcó fue durante el Camino Harwitum en 2012, donde en mitad del camino sentí que no estaba haciendo lo que debía, y me enfermé. Entré en una gran crisis al llegar a Finisterre en Junio, el fin del Camino de Santiago. Allí me encontré con Sobek en esta vida, y fue el momento de decidir seguir solo dejando a los demás atrás. Después de esto, en 2017, en el Camino del Dragón, cuando conduje mi coche desde Ushuaia (Argentina) hasta Guadalajara (México) yendo a los lagos de la columna del planeta, en los cuales me fui enfrentando a la preparación personal más fuerte que viví, despedazando mi misión, propósito, sentido de todo, con una compañía que no parecía entender lo que me estaba pasando, y que no culpo por ello. El camino me despedazó en mil trozos para que encuentre la verdad detrás de todo lo que estaba haciendo, y yo parecía correr para que la verdad no me alcanzase. Aunque la misma estaba dentro de mí. En México colapsé, y entré en una profunda crisis que me dejó en estado de shock y autismo por al menos un mes. Esto me recordó mi verdadero propósito, el Yo Soy. Pero faltaban dos grandes crisis: en 2018 me enfrentaría a la crisis de amor más fuerte que tuve al reconocer a aquella alma en Suiza, que me llevó al abismo del vacío, a la nada; y en 2019, muchos malentendidos y traiciones que en tan sólo un mes me alejaron de todos los proyectos cinematográficos, de relaciones de pareja, de los sponsors del viaje del YoSoy y de gran parte de mi familia y amistades. Podría decir que éstas han sido las grandes crisis que enfrenté hasta ahora en mi vida, y sin embargo, aquí estoy. Pues las últimas crisis ya no las viví como un calvario, sino como una liberación.


SOY: ¿Por qué?


YO: Porque solté mucho peso de prejuicios y expectativas, muchos lazos de dependencia que me impedían ser yo mismo. Todas mis crisis fueron muy dolorosas, como toda crisis lo es para cada persona desde su punto de vista, y aún así, puedo ver que no habría logrado nada de lo que hice si todo seguía igual. Me di cuenta de que todas esas crisis habrían sido perfectamente eludibles si en lugar de seguir pujando como un toro terco, hubiese tomado momentos de contemplación, flexibilizando mi mente para no tener que quebrarla. Las crisis nunca fueron el problema… Sino que lo fue no haberme permitido transformarme en el camino.


SOY: La Crisis es como la Muerte: marca el inevitable final de algo para el comienzo innegable de un nuevo camino. La muerte no puede esquivarse, pero sí puedes evitar que suceda en cualquier esquina si tomas las precauciones correctas: prestar atención, comer mejor, escuchar, saber discernir, ser cauteloso, ir paso a paso. Así vivirás mucho más, y lo que antes eran crisis, se convertirán en saltos evolutivos. Pero si no puedes evitarlas, entonces aprovéchalas.


YO: Tomar las riendas de la crisis, ser responsable de reconocer que uno sólo se ha llevado hasta tal destino, y uno sólo será capaz de sortear tal final.


SOY: La crisis, pues, deja de verse inconscientemente como la muerte  para convertirse conscientemente en la resurrección.


YO: La próxima crisis, será mi renacimiento.


SOY: Y así dejarás de tener que partirte en pedazos, para reconocer que los mismos son fractales de una misma realidad, que eres eterno, infinito, amor en constante transformación.

TAREA

EN BREVE

CÓDIGO

2º DIMENSIÓN= relacionada al concepto de la Dualidad, esta dimensión proyecta dos planos a través de los cuales toa unidad se manifestada: Tiempo y Espacio. Esta dimensión nos mostrará que todas las cosas existentes son aspectos que se mueven entre estos dos factores que permiten la existencia, son las lineas, los patrones que trazan las realidades.
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